Cuanto más consciente se vuelve uno, más se recuerda a sí mismo, con más cautela actúa, más alerta está, más heridas empiezan a desaparecer, hay menos brotes de ira, menos odio, menos celos y menos sentimientos posesivos. Cuanto más consciente se vuelve uno, más se afianzan la salud y la integridad. Un día, uno simplemente descubre que todo eso se ha vuelto irrelevante, ha pasado a ser historia, ya no se trata de cuestiones vivas sino de cuestiones muertas.
En esto consiste el milagro de adquirir conciencia: en que todo lo que es erróneo empieza a desvanecerse y todo lo que es correcto empieza a suceder. Individualmente, y como sociedad, la cuestión primordial es decidir si preferimos estar dormidos o despiertos, inconscientes o conscientes.


SIDI UN RELATO DE FRONTERA
VAMOS MAS LEN, POR FAVOR
LOS CUENTOS DE BEEDLE EL BARDO
ALONSO EN UNA HACIENDA COLONIAL
CABALLO LOCO CAMPEÓN DEL MUNDO
JOSEPEREZ, ASTRONAUTA
LA CINTA ROJA
LAS AVENTURAS DEL CAPITAN CALZONCILLOS
DICCIONARIO DE LENGUAJE NO VERBAL 