Este libro es un tributo a mi hija y una expresión desbordada y honesta de la experiencia que me tocó vivir. Una tragedia que me atravesó como un rayo y me dejó vacío. Me costó años asimilarla y de alguna manera sigo transitando el desierto, pero seguí viviendo.
En estas páginas hablo acerca de mi niña y mis pesares. También de las herramientas que me sirvieron para iluminar noches oscuras.
Espero que puedan servirle a alguien. Que quienes están atravesando una pérdida, sufriendo o acompañando un duelo, puedan encontrar algo de alivio y esperanza. Una pequeña luz en mitad del océano cuando no vemos la orilla. BENJAMÍN VICUÑA
El duelo es un desafío que tenemos que enfrentar para no morir con lo que hemos perdido. Es el intento de ponerle palabras a un dolor mudo que lastima. Por eso celebro la llegada de Blanca, la niña que quería volar. Porque aquí aparecen esas palabras que, tal vez, Benjamín necesitaba para vivir a pesar de la muerte de su hija.
Esa hija que ya nadie, ni siquiera la muerte, podrá arrancar de su recuerdo. GABRIEL ROLÓN