En todas las historias hay dos clases de chicas: la que es muy tímida, usa lentes grandes, es lastimada por todos, tiene un cuerpo fabuloso, es antisocial y, siempre, siempre es virgen. La otra chica se va al extremo; es extrovertida y sarcástica, tiene un genio insoportable y una leve tendencia a lo marimacho.
Ambas visten sencillo.
Ambas se enamoran del capitán del equipo de fútbol.
Ambas tienen una enemiga: yo, la capitana del equipo de porristas, la superficial, frívola, estupendamente vestida, pero perra.
Pues bien, esta es mi historia.
Yo soy Savannah, la representante de todas las malas de las novelas juveniles.